El dato es la materia prima del siglo XXI. Todos los sectores productivos sin excepción utilizan datos para hacer sus procesos más eficientes, optimizar sus productos, mejorar su relación con el cliente y obtener mayor rentabilidad.
La configuración de este gran ecosistema del dato solo ha sido posible gracias a las tecnologías digitales, que han transformado de forma radical el universo de las comunicaciones, la manera de viajar, de comprar productos, de contratar y prestar servicios, de consumir cultura y de disfrutar del tiempo libre, así como la forma de trabajar los procesos productivos en múltiples sectores industriales, entre muchas otras cosas. La digitalización ha contribuido a difuminar las fronteras geográficas, a interrelacionar a las personas y a estimular el consumo, y ha provocado un auténtico cambio de paradigma que tiene al dato como protagonista, pero del que la Inteligencia Artificial (IA) es su principal artífice. De poco sirven los datos si no se procesan, se filtran de forma adecuada y se reutilizan para mejorar la eficiencia. Por eso, el uso de soluciones avanzadas de IA es el que va a permitir a nuestras empresas dar un salto cualitativo definitivo que las sitúe en un nivel de competitividad superior.